Algunas pautas para pensar un vínculo posible para la continuidad pedagógica sin contacto presencial.
Ante el anuncio de que las clases en nuestro país seguirán suspendidas por un tiempo que no puede definirse, es necesario elaborar algunas estrategias para una contingencia inédita. Sabemos que muchas de las acciones recomendadas más abajo ya han sido implementadas por algunas comunidades educativas. El objetivo es difundir y proponer a quienes todavía no han podido resolver alguno de los problemas planteados.
Lo primero que deberíamos hacer, en cada escuela, es garantizar canales de comunicación fehacientes y efectivos para trabajar (docentes y directivos) coordinados y en colaboración. Sabemos de muchos casos en que los grupos de Whatsapp generan más ruido que circulación efectiva de la información. Aún en los casos en que funciona correctamente, supone una dificultad mayor que en otros canales para acumular mensajes importantes, o clasificar por tema de discusión (es imposible separar los temas discutidos y debe leerse únicamente en orden cronológico, y un recién incorporado no tiene acceso a información anterior). También es problemático para hacer llegar archivos a todos (se borran, se pierden entre los mensajes…).
Para quienes deseen utilizar herramientas en línea que les ayuden a mejorar y ordenar las comunicaciones del plantel docente y directivo, les recomendamos utilizar un sistema de Foros, preferentemente desde servicios gratuitos como el de ESTE EJEMPLO. ¿Por qué? Ordena, clasifica y conserva las discusiones y tomas de decisiones, es sencillo, admite múltiples configuraciones… Esta sugerencia de ninguna manera discute la validez del canal de comunicación que cada escuela haya establecido, si le parece (a la mayoría de sus miembros) adecuado a sus necesidades.
Si estamos de acuerdo en que los canales con los que contamos son suficientes y adecuados, podemos empezar a elaborar estrategias para la COBERTURA de nuestra comunidad, y para el DIÁLOGO organizado, destinado a la elaboración de propuestas alternativas para la contingencia.
Algunas de las preguntas que pueden guiar nuestra organización, deberían ser del tipo:
- ¿Con cuántos estudiantes de la escuela puedo comunicarme a través de algún medio digital?
- ¿Con cuántos estudiantes de determinado grado/año?
- ¿Qué porcentaje/cantidad podrá acceder a sitios web?
- ¿Cuántos a través de celulares y cuántos a través de PC, notebook, netbook, etc.?
- ¿Cuántos de quienes se conectan lo hacen por conexiones domiciliarias y cuántos con paquetes de datos para celular?
- ¿Cuántos sólo participan en grupos de Whatsapp? ¿Cuántos no participan ni siquiera de esos grupos? ¿Tenemos otra forma de comunicarnos con ellos?
- ¿Cuántos están asistiendo al comedor actualmente? ¿Podría ser ese el momento de comunicación con los “aislados digitales”?
Lo más sensato es que usemos los canales de los que disponemos actualmente para preguntarle directamente a las familias, y busquemos vecinos cercanos para investigar formas de comunicación alternativas para quienes no se han comunicado hasta ahora (con la lista de domicilios y un mapa podemos encontrar “vecinos” que pasen la voz de alguna manera).
También es importante que tengamos disponibles archivos con listas compartidas con la información recogida, que ayude a ir respondiendo institucionalmente las preguntas formuladas.
Los foros permiten tener esa información en un espacio compartido entre directivos y docentes, además de otras herramientas que suelen utilizarse para guardar archivos, como una carpeta compartida en la nube de alguno de las corporaciones más conocidas de Internet (Google Drive y Microsoft One Drive) o algunos especializados (Dropbox). La ventaja del foro es que, al mismo tiempo, se tiene la herramienta de almacenamiento, y la de comunicación, además de que cada integrante se puede identificar con el correo que utiliza habitualmente, sin ser obligado a tener uno del monopolio elegido como alojamiento. Una barrera menos es una barrera menos.
Una vez determinado el alcance y cobertura que podemos tener con nuestros alumnos y sus familias, por los canales de comunicación con los que contamos, sabremos si necesitamos crear nuevos o no.
Empezaremos pensando algunas estrategias para escenarios de comunidades donde el porcentaje de la comunidad que no está conectada (o no se comunica con la escuela por medios digitales) es importante.
Esperar que lleguen cuadernos impresos para todos desde algún canal ministerial, o comenzar a elaborar guías de trabajo situadas y adaptadas a la realidad de nuestros grupos es una decisión.
Muchas escuelas organizaron fotocopias y cuadernillos en el tiempo que hubo entre la suspensión de clases y la cuarentena general. El canal más utilizado (“pueden buscarlas en la librería X”), dejó de operar cuando debieron cerrar las fotocopiadoras/librerías de cada barrio o población. La mayoría traslado la circulación a grupos de Whatsapp (algunos que saben cómo, en formatos PDF, otro sacando una foto de las hojas).
Pensar y elaborar materiales simples, significativos y contextuados, se enfrenta a nuevos problemas: la copia (los materiales necesarios, el equipamiento, el costo, quién se encarga de hacer el trabajo de copia) y la distribución.
Para el problema de la copia, cada escuela puede encontrar diferentes alternativas y modos de solucionarlo (cuento o no con los elementos). Sería importante que, en aquellos casos que no pueda resolverse alguna de las necesidades para la copia (que NO es para toda la escuela, sino para los casos de aislamiento digital que relavamos previamente y tenemos mensurados), se reclame a los supervisores/inspectores que arbitren/gestionen alguna solución específica y puntual (necesito tinta y dos resmas de papel, por ejemplo).
En general, la distribución podría realizarse junto a la entrega de la vianda, en el comedor, ya que suele ser coincidente la necesidad alimentaria y el aislamiento digital. En el caso de existir todavía otra barrera más para la entrega de material en papel, podrían pensarse nuevas estrategias para esos casos específicos.
Estas acciones ayudarían a reducir la brecha de comunicación en comunidades desconectadas.
Para los que responden en el grupo de Whatsapp (de padres o de alumnos), sabemos que muchos ya están haciendo circular material “imprimible”. Aún cuando muchas casas no disponen de impresora, tiene la utilidad de poder leerse en pantalla y resolverse en una hoja de carpeta. En algunos caso, incluso, se trata con gran esfuerzo de establecer el ida y vuelta en la comunicación, pidiendo fotos o documentos con los resultados, para corregir y evaluar.
En las comunidades en que se acostumbra a trabajar de manera individual, tal vez sea demasiado pedir que cambie ese hábito en circunstancias tan complejas. Sin embargo, puede ser una inversión de tiempo muy valiosa, si hay consenso para intentarlo. Otra vez, la elección de la herramienta adecuada para trabajar colaborativamente es muy importante (el correo o el grupo de Whatsapp son menos operativo que el grupo de Facebook, que a su vez es menos apto para el trabajo que un Foro o un Wiki – aunque el Wiki requiere saber previamente trabajar en equipo -). Un sitio o un blog (Sites o Blogger de Google, WordPress, etc. son ejemplos de estas herramientas gratuitas) desde donde ofrecer la descarga de los materiales elaborados, estaría dando un indicio de trabajo colaborativo en una institución, aunque todavía carezca de herramientas de seguimiento, evaluación, trabajo grupal, etc.
De cualquier manera, configurar espacios institucionales en Whatsapp o Facebook, por ejemplo es una tarea no recomendable, sólo serán útiles para el profesor trabajando solo con sus alumnos (y le traerá el problema al alumno de tener que pertenecer a cada grupo de su profesor/materia). Eso sin contar con los problemas con los permisos a menores, o la diversidad de contenidos a los que se exponen al entrar a estos sitios por pedido institucional.
Hay soluciones sencillas que permiten organizar propuestas institucionales (y no sólo la de la seño tal, o el profe cual) como los Foros en línea, o los Blogs, o los wikis (más adecuados, pero con más tiempo necesario para aprender a usarlos) que permiten ordenar el trabajo de cada profesor, o curso, o grado, o… el modo que la escuela tenga de organizar su propuesta.
Si la escuela tiene tradición y experiencia trabajando en proyectos colaborativos, es posible que encuentre útil experimentar en el uso de una Plataforma de Educación a Distancia, organizada institucionalmente. Sea Google Classroom, Moodle, Chamilo, etc.; cualquiera de ellas tendrá más y mejores herramientas para ofrecer acompañamiento, evaluación, correcciones, trabajo grupal, etc.
Pero todas ellas requieren nuevos conocimientos, que se trabaje en equipo, y bastante trabajo de administración (configurar roles y permisos, seleccionar categorías, gestionar usuarios, establecer una estética, aprender la lógica de funcionamiento del todo y de las herramientas incluidas, etc.) para el que, en general, no hay roles definidos, ni suficientes actores preparados para realizar.
Para probar la potencia y posibilidades de estas herramientas educativas, les recomendamos comenzar la exploración en milaulas.com (ofrece sitios moodle gratuitos completos a una institución, a cambio de publicidad) o campus.chamilo.org que permite crear cursos si creamos una cuenta de profesor (aunque no permite generar un sitio institucional completo).
Queda mucho para analizar:
¿puede el streaming -transmisión en directo- ser una sustitución de la clase presencial?, ¿traería más problemas o más soluciones? ¿qué tan amigable es con la demanda actual de la conectividad?,
O… ¿la solución está en convertirnos en “el profesor/youtuber”, que cuelga los videos de sus explicaciones, tomando el bando de la pantalla/imagen en su guerra contra la palabra escrita?
También deberíamos discutir sobre la formación que necesitamos, o el modo en que se distribuyen los recursos, o las redes que podemos formar, o los problemas legales y éticos de la propiedad de los contenidos que utilizamos… Pero tenemos tiempo para seguir reflexionando y aprendiendo.
Este es el momento de organizarnos para llegar a nuestros pibes.
Si usted, su escuela o comunidad educativa desean intercambiar opiniones, experiencias, o solicitar guía y colaboración, no dude en escribir.
Prof. Fernando Pelillo
Equipo Docente “Aulas Libres”
fernando@aulaslibres.org
Muy completo tu aporte, pero siento que yo, y creo que varios docentes más, desconocemos la utilización de la tecnología. Y tendríamos que tomarnos un tiempo para aprender a usarla adecuadamente, muchos términos que usas los desconozco.
Gracias por participar y opinar, Mariana. A veces, lo importante es la actitud, las ganas de participar y aprender. Podés decirnos cuáles son los términos, y vamos construyendo un glosario entre todos, que ayude a utilizar un lenguaje común.
Te dejo un abrazo, compañera.
Muy bueno Fernando y muy completo, para los otros niveles, de mucha ayuda para las compañerxs. Aunque nos cueste entedender, debemos aprender bastante acerca de los TIC, aún algunas compañeras de mi nivel, el inicial, no usan ni los carros que llegaron.
El whatsApp es el más usado por nosotras en estos días, pero insisto debemos empezar a prepararnos y adquirir conocimientos sobre este tema.
Muy buen aporte, gracias por ayudar a repensar las prácticas